Las palabras de un joven pinareño

Fidel Castro Ruz

Fidel Castro Ruz

A mis manos llegó una carta de un joven estudiante, quien impactado por la triste noticia de la muerte de Fidel Castro Ruz, dejó que sus manos escribieran lo que su mente aguardaba.

Idael Valdés Martínez, cursa el noveno grado en la ESBU Carlos Ulloa de la provincia Pinar del Río. Para él Fidel lo es todo, continúa entre nosotros y lo recordaría estudiando y siendo un ejemplar profesional, siguiendo el pensamiento del líder histórico de la Revolución cubana.  

El 25 de noviembre fue un día altamente marcado en la Historia de Cuba por dos razones de distintas circunstancias.

Culminaba el año 1956 y en las aguas de México zarpaba el Yate Granma con una tripulación de 82 expedicionarios con Fidel al frente hacia un único destino, Cuba y un objetivo, la pronta liberación de la dictadura.

Esta acción tenía un carácter heroico y valiente, pero el acontecimiento que ocurrió ese mismo día, seis décadas después, conmovió a Cuba y al mundo.

El 25 de noviembre dijo adiós a la vida el líder histórico de la Revolución cubana. Fidel Castro fue un fiel lector de la obra martiana a tal punto que lo demostró el 26 de Julio de 1953, año del centenario del Apóstol, durante el asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.

Luego del triunfo revolucionario este estratega puso su empeño en lograr la unidad del pueblo bajo los preceptos martianos. En todos los países este gigante de América Latina colocó su mano con la que se ganó el amor y el respeto de las naciones.

Cuando Angola estaba en guerra, Fidel envió soldados para ayudar a ese hermano país y con inteligencia dirigió la lucho desde Cuba. En estados como Venezuela, Bolivia y Ecuador, el Comandante forjó misiones internacionalistas para ayudarlos socialmente.

Entre 1990 y 1991 dejó de existir la URSS, lo cual representó un duro golpe para nuestra Isla. Muchos pensaron que con ese hecho la Revolución de Fidel Castro se iría abajo, pero solo un verdadero artífice podría mantenerse en pie.

Fidel fue un magnífico orador y lo demostró en muchos de sus discursos pronunciados, uno de ellos en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro (1992) al expresar: “Hágase más racional la vida humana. Aplíquese un orden económico internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para el desarrollo sostenido sin contaminación. Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el Hombre”.   

A las 10:29 de la noche de este 25 de noviembre el mundo perdió al líder más importante del siglo XX. Los medios de prensa se hicieron eco de la noticia y la reacción no se hizo esperar. Muchos reconocen el trayecto del Comandante. Las embajadas cubanas en otras latitudes, en poco tiempo, rindieron homenaje al líder.

En todo el mundo, pero más en Cuba, se siente la desaparición física de Fidel. En estos días asistió a la firma de los libros de condolencias el pueblo para apoyar el concepto de Revolución expresado por él en el 2000.

Los símbolos patrios están de luto, la bandera ondea a media asta. Se ha ido el líder, el que forjó una Revolución con los humildes, de los humildes y para los humildes. Ese es Fidel.

Entre lágrimas y flores el pueblo de Cuba dice adiós y para muchos ciudadanos no ha muerto. Solo me resta decir: “Hasta siempre Comandante”.          

 

 

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